Muy pronto sus padres se trasladaron al barrio de San Vicente, donde nació el primero de sus hermanos. Con 12 años, entró de aprendiz en el taller del pintor Francisco Pacheco, que vivía en la calle del Puerco (actual Trajano), y junto con las del Potro y Alameda serán el escenario de los años de aprendizaje en los que Diego madura personal y profesionalemente. Muy cercano al taller de su maestro estaba la iglesia de San Miguel, hoy desaparecida, donde el pintor se casa con Juana Pacheco y bautiza a sus hijas. Velázquez supo adoptar en su pintura de manera inteligente los avances de maestros anteriores, a los que estudiaba en los retablos de las iglesias, situadas algunas de ellas cerca de su casa, como San Martín, San Andrés o San Lorenzo, desde la que se llega al convento de Santa Clara o de San Clemente. En este contexto, la iglesia de la Anunciación se convirtió en uno de los grandes templos de la ciudad, cuyo retablo mayor fue construido cuando Velázquez era un niño.