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Consejería de Cultura


Clausuras

El Edificio


Detalle de la escalera

A mediados del siglo XVIII, el estado del monasterio debía ser bastante deplorable. En una carta que el obispo Fray Tomás del Valle dirige al Intendente del Consulado de Indias le comenta la decadencia del edificio de las monjas de la Piedad, producida por la mala ventilación y las humedades, afirmando que para poner remedio a esta situación había llamado al "afamado arquitecto Pedro Afanador (...) que ejecuto la hermosa, fuerte y bien coordinada obra del Hospital de Mujeres de esta ciudad", el cual trabajaría junto al Canónigo Alejandro Pavía, personaje de gran immportancia para la ciudad. Las obras de reparación debieron comenzar entre 1752 y 1754 por cuanto, en esos años, la abadesa pedía ayuda a la Junta de Comercio para reedificar el convento y al Marqués de la Ensenada, licencia para los materiales. De hecho existe una lápida en la iglesia fechada en 1762 que perpetúa la propiedad de una capilla al Consulado y Comercio de Andalucía. En 1755 las monjas se encontraban residiendo en el Hospital de Mujeres, por lo que cabe suponer que no se habían concluido las obras. Estas finalizarían, probablemente, en 1759, año que figura en el exterior de la iglesia.


Escalera conventual

El resultado de la intervención realizada por el Maestro Afanador es el monasterio que podemos ver hoy día. Por sus celdas han pasado en estos tres siglos de existencia cerca de trescientas cincuenta monjas que fueron regidas por cuarenta y dos abadesas.

El edificio, de planta rectangular, está situado entre medianeras en la manzana que forman las calles Feduchy y Montañés. A ésta se abre la portada de la iglesia y la de la sacristía. Por la calle Feduchy se sitúa el torno desde el que se accede al locutorio y al interior del monasterio. Traspasada la puerta reglar se abre el claustro, determinado por el acotamiento espacial de sus columnas y la elegancia de su excelente escalera claustral.

En torno a los dos patios se ubican las diferentes dependencias que conforman la disposición habitual de esta tipología religiosa. Así en planta baja se sitúan las dependencias de uso común y en la superior el espacio queda dominado por las celdas o habitaciones, destacando también en la crujía de separación de los patios una habitación para costurero con mirador al patio.

El primer patio, al que se accede desde el torno, cuenta con diversas dependencias entre ellas el locutorio y sobre todo la Sala Capitular, lugar de reunión para las cuestiones de gobierno y decisiones comunes del monasterio.


Vista del Claustro

Desde la Sala Capitular se accede directamente al presbiterio de la iglesia . En el presbiterio, de planta poligonal, se encuentra el retablo mayor.

Tras el presbiterio se localiza la Sacristía. Un recinto de planta rectangular con mesa de mármol al centro, cajonera y lavabo realizado igualmente en mármol y contemporáneo a la reforma del monasterio. En sus paredes, dos lienzos dieciochescos referentes a la Virgen del Rosario como protectora de la ciudad y a la Magdalena perfumando los pies de Jesús. Hay que destacar la existencia en el interior de la clausura de una Dolorosa de candelero, del último tercio del siglo XVIII que era cotitular de la Hermandad del Prendimiento. Así como un busto del Ecce-Homo atribuido al escultor Pedro de Mena.


Sala Capitular

Finalmente en el primer claustro se encuentra el obrador de repostería , donde las hermanas elaboran los dulces que después se podrán adquirir en el torno.