Se encuentra situado en la entrada del Paseo de San Pablo y fronterizo a la Barrera del Puente. El 6 de julio de 1772 se colocó el triunfo, que fue realizado a costa del pueblo ecijano por la solicitud del Corregidor D. Joaquín Pareja Obregón.
La tradición señala el sitio del antiguo emplazamiento, como lugar donde San Pablo predicó por primera vez en Écija, y la piedra sobre la que está la cruz, que se encuentra en la capilla baja, está considerada como aquella en la que se subió el apóstol para predicar, como tenía por costumbre, dada su pequeña estatura. Esta tradición traspasó las fronteras de nuestro país gracias a los ilustres viajeros que en el siglo XIX admiraron las bellezas de écija, y que plasmaron en sus libros de viajes.
En 1792 el escritor Antonio Ponz en su Viaje de España, realiza una somera descripción del Paseo de la Alameda. Comienza su recorrido por la entrada próxima al puente donde se ubicaban cuatro elevadas columnas de mármol rojo y blanco, sobre las que se asentaban cuatro esculturas que representaban a los monarcas Carlos III, Carlos IV, su esposa María Luisa de Parma y al infante D. Luis.
En el siglo XIX, Juan María Garay y Conde afirma en su descripción que "... se eleva sobre una columna de jaspe que tiene arranque de un pedestal, sobre la que está colocada la estatua de San Pablo, la cual siendo de piedra, se cometió la extravagancia de dorarla, rebajando así su mérito ...".
Teófilo Gautier confunde la imagen de San Pablo con la Santa Virgen, afirmando también que "... estaba dorada y colocada sobre una columna, cuyo pedestal, tallado, forma una especie de capilla, hornada con tiestos de flores artificiales, exvotos, coronas de médula de junco y todos los ringorrango de la devoción meridional ...".
En la Comisión Informativa celebrada el 3 de diciembre de 1955, se realizó un expediente para determinar el nuevo emplazamiento de dicho monumento, especificando que se coloque dentro del Paseo a que da su nombre, situándolo cerca del nuevo cerramiento con el objeto de que sea más visible desde la carretera, dejando tan sólo el espacio suficiente para que sea posible la entrada y salida de carruajes en el llamado "Paseo de Coches", destacando que las obras que se realicen han de estar a cargo de la administración. Con motivo de las obras efectuadas para el traslado, se eliminó el pedestal octogonal de aproximadamente un metro de altura, y la reja de protección que recorría el perímetro del citado pedestal.
Este triunfo, desde el punto de vista compositivo y estructural, sigue los esquemas cordobeses, con gran similitud al triunfo de San Rafael y al de la Inmaculada, de Antequera y Granada.