Alberga una escultura de bulto redondo realizada en terracota policromada de San Judas Tadeo, de buena factura y en perfecto estado de conservación, aunque ha perdido su atributo, que fue sustituido por una cruz de latón. Exteriormente está provisto de un balconcillo de hierro forjado, con interesante ornamentación floral y de ángeles, desaparecidos éstos últimos con la última rehabilitación de la casa, en la que se modificó también el vano original del retablo, pasando de un arco rebajado a uno de medio punto.
El balconcillo presenta en su centro un pequeño baldaquino con guardamalletas que alberga un crucifijo, rematándose el conjunto con una corona que termina en cruz. Este retablo se conserva gracias a las gestiones realizadas por D. Manuel Martín Burgos y D. Fernando Caldero Martín, ya que durante la rehabilitación del inmueble en la década de 1970, la constructora optó por eliminar el referido retablo.