En la antigua calle Odrería, actualmente Jesús sin Soga, se conserva, adosada a los muros de la Iglesia de Santa Bárbara, una capilla que da nombre a la calle, en la que se venera un lienzo de grandes dimensiones que representa la imagen de un Nazareno, siendo el ejemplo más claro de capilla abierta a nivel del suelo existente en nuestra ciudad. Esta capilla está estrechamente relacionada con una leyenda local titulada “Jesús sin soga”.
Las primeras noticias referentes a esta capilla se remontan al 8 de Junio de 1618, referentes a la realización de un velo de lienzo y el cierre de la misma con una baranda de madera. Exteriormente presenta un gran arco cerrado por una cancela de hierro con balaustres muy sobria que ostenta en la parte superior, como única decoración tres anagramas, una gran corona y una inscripción que dice: "ME FECIT EL AñO DE 1.769".
El interior, también muy sobrio, estaba formado por un banco de altar y sobre éste y embutido en la pared, un gran lienzo con una pintura de Jesús sin Soga, protegido por dos puertas de madera en cuyo interior presenta decoración de roleos vegetales y cuatro tondos en cada una de ellas, representando en la hoja izquierda a San Francisco de Padua, la Virgen del Rosario, San Francisco de Asís y un Santo sin determinar ya que ha perdido el atributo; en el lado opuesto San Cristóbal, María Magdalena penitente, Santa Bárbara y San Pablo. En los laterales del cuadro y enfrentadas, dos puertas de pequeñas dimensiones coronadas por unas orejeras mixtilíneas.
En la década de 1980 el cuadro fue restaurado por María Ugarte Monasterio y Carmen Suárez ávila, y la capilla por iniciativa de la Hermandad de Nuestro Padre Jesús sin Soga, según reza el azulejo conmemorativo, el 2 de marzo de 1997.