Fundación
La fundación del Convento de los Padres Mercedarios Calzados corrió a cargo de los Condes de Palma apoyados por Fray Alonso de Godoy, Comendador del Convento de Huete. ésta se efectuó en 1509, en el Mesón de Foronda, situado en el actual barrio de Colonda, donde permaneció hasta la inundación del Genil del año 1543 que destruyó el convento, salvándose sólo la iglesia.
Para evitar nuevas catástrofes provocadas por las continuas avenidas del río, el Padre Fray Diego de Góngora decidió el traslado del convento al Altozano, no sin la oposición de los Mínimos de la Victoria. De este nuevo emplazamiento disfrutó la Orden hasta la exclaustración, siendo cedido en 1895 a la Comunidad de las Hijas de María Auxiliadora (Salesianas).
Iglesia
A la iglesia se accede por una rica portada situada en el muro del Evangelio, sobre el cual y a los pies de la iglesia se sitúa la espadaña.
La iglesia es de planta de cruz latina articulada por una gran nave central con crucero y capillas laterales sobre las que se extiende la tribuna del coro alto. La nave central está cubierta por bóveda de aristas, mientras que las laterales del crucero lo hacen sobre bóvedas de cañón al igual que el presbiterio. En el centro del crucero se encuentra la cúpula de media naranja sobre pechinas.
En el presbiterio, adosado al retablo mayor se encuentra el camarín de la Virgen de la Mercedes, realizado en la primera mitad del siglo XVIII, cuyo interior presenta exuberante decoración de yeserías.
Del convento, aledaño a la iglesia, se conservan prácticamente todas sus dependencias aunque algunas muy transformadas, destacando el Claustro
Claustro
Se adosa al muro de la Epístola de la iglesia. Consta de dos plantas con arcos de medio punto sobre columnas y antepechos de fábrica. En uno de sus ángulos se adosa la escalera principal cubierta por casquete esférico sobre pechinas. El conjunto de ambas edificaciones se puede encuadrar dentro de la primera mitad del siglo XVII.
Portadas
Su construcción puede enmarcarse en las obras llevadas a cabo en el segundo tercio del siglo XVII. En comparación con las dimensiones del muro en que se sitúa, resulta aparentemente pequeña. Realizada en ladrillo tallado, se articula en torno a un vano adintelado flanqueado por pares de columnas estriadas con capiteles toscanos, apoyadas en pedestales. Sobre los capiteles descansan sendos triglifos, simulando un friso que sirve de apoyo a un frontón partido de cuyo centro emerge una hornacina que cobija una escultura de terracota de San Pedro Nolasco, flanqueada por dos columnas y coronada con frontón triangular con remates piramidales.
Espadaña
La espadaña se encontraba en construcción en 1630, siendo reutilizados los materiales procedentes del derribo del torreón de la cercana puerta de Estepa. Consta de dos cuerpos separados por un frontón partido. El inferior, de tres arcadas de medio punto con decoración almohadillada y ménsulas en las claves, separados por pilastras con decoración de azulejos. El segundo cuerpo, de un vano rematado por un frontón curvo coronado por remates piramidales.