Su planta se resolvió de forma rectangular como es tradicional en los conventos de clausura. La bóveda, de cañón con lunetos, se divide en varios tramos resaltados por franjas decorativas que se unen al muro mediante pinjantes. Su mobiliario es muy simple, estando compuesto por simples mesas de madera y banco para la comunidad. El conjunto se completa con el púlpito y una ültiam Cena que preside el recinto.