El claustro es de una sola planta, de trazado rectangular y formado por pilares que soportan arcos carpaneles, cuatro en el lado mayor y tres en el menor. Todo el conjunto queda cercado en la azotea por un pequeño antepecho que lo rodea así como un elevado muro que lo protege de la vista de los edificios colindantes.
El huerto se sitúa en la parte posterior de la amplia parcela que ocupa el convento se encuentra el jardín y la huerta. El primero es un espacio rectangular que corre paralelo al claustro y en el que se encuentra un pequeño recinto que hace las veces de cementerio. El resto es un ámbito que se encuentra salpicado de palmeras, árboles y arbustos, y desde el cual se tiene acceso a la huerta. Este elemento, tan común a las clausuras y sin embargo desaparecido en la mayoría de los casos, es un amplio terreno dividido por un camino y que se encuentra cultivado y ordenado en tablas. Entre huerta y jardín aún se encuentran los restos de una noria de planta circular a la que ya le falta la maquinaria, pero que conserva el pozo y la alberca, así como la estructura. De cualquier forma este espacio hortícola era primitivamente de mayor extensión , aunque a lo largo del tiempo se vendieron algunas partes.