Los protocolos, en los que se relata la historia de este monasterio jerezano recogen los hechos de su fundación. Redactados por monjes agustinos, el más antiguo, el de fray Alonso Guerrero, sirvió de inspiración al comenzado el día 15 de agosto de 1777, por el Vicario del convento fray Carlos Vans Hoydonck.
Según estos, el 3 de octubre de 1526, la hija de Diego de Trujillo y de Catalina Alonso de Zanabria, Francisca de Trujillo donó todos sus bienes, incluida la casa que le servía de morada, a la Orden de San Agustín, para fundar un convento de religiosas. Dicha donación fue recibida por Fray Juan de Calahorra, Prior de Badajoz y Vicario de las Religiosas de la provincia. Al día siguiente, convertida ya la casa en convento, bajo la advocación de la Concepción recibió el hábito de San Agustín Francisca Trujillo. Al mismo tiempo fue nombránda priora del nuevo monasterio "hasta que la Religión dispusiese lo que fuere del agrado de Dios".
Así, es como comienza la historia del único convento de religiosas agustinas de Jerez, que vivió grandes momentos de esplendor como demuestran las construcciones y el patrimonio artístico que aún conserva.