En torno a él claustro se disponía la capilla que ocupa la crujía que hace frente a la plaza de San Juan y en cuya ubicación se asentaba, en el primitivo caserón, una tienda. Esta capilla, en la actualidad en desuso, tenía su espacio articulado conforme al criterio seguido por algunas órdenes religiosas. A los pies se hallaba la zona pública cuya entrada se hacía por la plaza de los Angeles. Su portada era el único rasgo estilístico que se mostraba al exterior. Con fórmulas neogóticas, consta de dos pilares formados por baquetones que engloban un arco conopial cuyo interior está decorado con azulejos. Estos muestran una custodia envuelta en cintas que generan las iniciales de las Madres Reparadoras. En el lado inferior derecho aparece la fecha y la firma del arquitecto. A continuación, en el tramo intermedio se ubicaba el coro, zona reservada para las monjas, y finalmente el presbiterio, lugar del oficiante, al que daban un tribuna alta y la sacristía. Esta dependencia quedó anulada con la construcción de la nueva iglesia y en la actualidad es utilizada como Sala Capitular.