Junto al torno se encuentra el locutorio. Una pequeña estancia sin decoración alguna, como mandan los cánones de pobreza de la orden. Sus paredes blancas hacen resaltar el negro de los barrotes de la verja de hierro forjado del siglo XVII, estando, la zona de la clausura, presidida por un lienzo del santo bajo cuya advocación se encuentra el monasterio, San José con el Niño. Si la austeridad y pobreza queda patente en esta habitación, el resto del convento es una muestra más de los ideales de Santa Clara.