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Consejería de Cultura


Clausuras

Fundación


Acceso a las dependencias altas desde el museo

Vista del claustro

Subir y bajar las cuestas de Arcos, serpentear por sus estrechas calles, entre sus blancas casas, contemplar la belleza del paisaje infinito desde el mirador de la Peña, disfrutar de las magníficas obras de arte que guardan las dos históricas iglesias de Santa María y San Pedro es siempre agradable. Después de satisfacer el espíritu, llega el momento de alimentar el cuerpo. Tras probar los platos típicos de la tierra, en cualquiera de sus restaurantes, ¿por qué no?, de postre, unas delicias de almendras realizadas por manos expertas y artesanas, con todo el mimo y reposo que impone el sosiego y la tranquilidad de la clausura de las Mercedarias Descalzas.

De los siete conventos que existieron en la población durante la Edad Moderna, cinco masculinos y dos femeninos, actualmente sólo subsiste el Convento del Corpus Christi. Su fundación data del año 1650, cerrándose la clausura el día de la festividad del Corpus. Sin embargo, su historia hay que remontarla algunos años atrás, cuando doña Beatriz de la Calle Natera y Morcillo, por testamento otorgado el 15 de abril de 1642, lega a la orden de redención de cautivos su casa principal, así como "doce mil ducados en raíces y tributos, saneados y valiosos" con el objeto de fundar el convento. Si bien se imponía como condición el que se realizará en los tres años siguientes a la muerte de su marido, Francisco Gil de Ledesma. Así mismo, señalaba la obligación al nuevo convento de "recibir seis doncellas honradas para que sean monjas..., dos que entren sin pagar cuota alguna o dote, y las (otras) cuatro han de entrar con sólo trescientos ducados cada una por dotación", siendo las primeras "doña Ana de Veas y Morcillo... y la otra digo que ha de ser María de Truxillo, doncella que yo tengo y he criado en mi casa". Al contrario de lo que cabría esperar, la patrona del Convento pidió ser enterrada, no en su fundación, sino en el de Nuestra Señora Santa María de las Nieves al que también había dotado con seis mil ducados y donde se colocó su sepulcro.