Con este las hermanas pretenden que el visitante descanse de la vida cotidiana y goce de la serenidad, tranquilidad y silencio que se respira en el interior de sus muros.Como era de esperar, en la colección de objetos, se mezclan los religiosos con los de uso cotidiano de la vida rural en la que se halla inmerso el convento. Entre estos destacan gran cantidad de cántaras, lebrillos y ánforas de barro vidriado, así como cestos de mimbre de distintas formas y tamaños o los antiguos lavabos que existían en las celdas. En cuanto a los de carácter religioso, entre vitrinas con imágenes de santos, pequeñas campanas procedentes de los tintinábulos, etc, hay que detenerse en las figurillas del Nacimiento.