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Consejería de Cultura


Pintura Cordobesa

Presentación


Córdoba. Santuario de la Fuensanta

La pintura mural es una de las manifestaciones artísticas más antiguas utilizadas por el hombre. Desde la prehistoria hasta hoy, ha servido para revestir la arquitectura, tanto en los interiores como en los exteriores. Esta "piel", de rico colorido, tenía una doble utilidad. Por un lado, y por razones prácticas, servía de protección a las paredes, evitando su deterioro. De otro, enriquecía y ennoblecía a la arquitectura, no solo como elemento decorativo, sino como configurador de espacios y/o enfatizador de sus elementos estructurales. En ocasiones, gracias a ella, se dotaba a los inmuebles, y a la propia ciudad, de connotaciones y contenidos simbólicos de carácter civil o religioso. Son estas razones, unidas al de su bajo costo, por lo que su uso ha sido continuo, por todas las clases sociales, a lo largo de la historia.


Granada. Carrera del Darro. Casa.

Esas imágenes de "ciudades policromadas", tan habituales de las edades media y moderna,comenzaron a desaparecer a finales del siglo XVIII, generalizándose, a lo largo del XIX. Los motivos del cambio habría que buscarlos en la nueva estética que impone el necolasicismo y, especialmente, en las medidas higiénicas y de salubridad aplicadas en esa centuria, con el fin de evitar las mortíferas epidemias. Las ciudades, y como consecuencia, la propia arquitectura, pasa a ser monócroma, blanca, llegando al siglo XX una visión errónea de las imágenes históricas de las poblaciones.


Pinturas Murales Pinturas Murales (por provincias) incluidas en el SIPHA
Pinturas Murales Pinturas Murales (por provincias) incluidas en el SIPHA
Almería 0
Cádiz 37
Córdoba 488
Granada 49
Huelva 7
Jaén 0
Málaga 70
Sevilla 195

Ello originó, a mediados del noveciento, el desprecio por este tipo de arte, -más concretamente, por aquella de carácter puramente ornamental-, y la destrucción de las pinturas murales. En las restauraciones y rehabilitaciones realizadas en edificios históricos fue eliminada sistemáticamente esta "piel", al considerar, equivocadamente, que las edificaciones habían sido concebidas originalmente "limpias", sin ningún tipo de revoque o enfoscado que ocultara la estructura interna de sus muros. Por desgracia, actualmente, se sigue produciendo este tipo de intervenciones que muestran, por parte de los autores y colaboradores en dichos proyectos, un analfabetismo total del conocimiento de la historia del arte, una falta de respeto por el monumento y un desdén e ignorancia de la legislación del Patrimonio Histórico vigente.

No obstante, a lo largo del mismo siglo XX, se ha producido el efecto contrario. El descubrimiento de la Cueva de Altamira, y la contemplación por primera vez de los bisontes de la sala de los Polícromos en 1879, significó el origen de la revalorización de la pintura mural. Si bien, en un principio el interés se centró en las pinturas prehistóricas, poco a poco se fue desarrollando y extendiéndose a las realizaciones pertenecientes a las edades antigua, medieval y moderna. La importancia que hoy se les da a las mismas ha potenciado, desde las últimas décadas del novecientos, la proliferación de estudios, la realización de cursos monográficos y una intervención más activa de la administración cultural, tanto para su conocimiento como para su protección y conservación.


Portada del producto Pintura Mural Cordobesa

Una de estas labores, desarrolladas por la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía, a principios de los 90, fue la inclusión de la pintura mural, como una más de las tipologías a recoger en el Inventario de Bienes Muebles de la Iglesia Católica, mandado a realizar como consecuencia de la quinta disposición transitoria de la Ley 16/1985, de 25 junio, del Patrimonio Histórico Español. Dicho inventario, cuya confección se continúa actualmente, constituye el fondo original de la Base de Datos de Bienes Muebles, integrada en el Sistema de Información del Patrimonio Histórico Andaluz, SIPHA

A finales del año 2001, la información que se recogía en la Base de Datos de Bienes Muebles correspondía a casi 33.000 piezas. Además de los registros pertenecientes al Inventario de la Iglesia Católica, se han incluido aquellos bienes que han sido objeto de declaración como Bienes de Interés Cultural, los integrantes del Inventario General de Bienes Muebles del Patrimonio Histórico Español y del Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz. También, están siendo incluidos los que forman parte de los inventarios de conocimiento, realizados en los últimos años por la Dirección General de Bienes Culturales de la Consejería de Cultura y de otros organismos e instituciones privadas que colaboran con el Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico.