Pinturas murales de la bóveda La capilla fue fundada en 1578 por el canónigo Juan Pérez Mohedano de Valenzuela para que le sirviera de enterramiento. Su nombre se debe a la puerta de la catedral existente en este lugar y que tuvo que ser cerrada para la construcción de la misma. Es un pequeño espacio rectangular que se cubre con bóveda de crucería, cuyos plementos presentan pinturas murales de angelotes y un rompimiento de gloria, al centro.
Las características formales y la fecha de realización de las mismas, finales de la década de los 70 y principios de los 80 del siglo XVI, han sido las razones principales para atribuirlas, tradicionalmente, a Cesar Arbasia, quien por esos años trabajaba en la decoración del Sagrario.