Enlace a Junta de Andalucía (Se abrirá en una nueva ventana)

Enlace al IAPH (Se abrirá en una nueva ventana)

Enlace a Consejería de Cultura (Se abrirá en una nueva ventana)

Consejería de Cultura


Pintura Cordobesa

Julio Romero de Torres


Córdoba. Museo de Bellas Artes. Mujeres sobre mantón. Detalle

De todos los pintores cordobeses, es quizás el más conocido a nivel nacional e internacional, habiéndose considerado su obra como "exponente emblemático de la identidad cordobesa de principios del siglo XX".


Córdoba. Museo de Bellas Artes. Pereza andaluza

Vivió entre 1874 y 1930, naciendo y muriendo en la misma casa de la plaza del Potro, convertida hoy en Museo de Bellas Artes de Córdoba. Su formación corrió a cargo de su padre, el pintor romántico Rafael Romero Barros, que llegó a ser uno de los pilares de la cultura cordobesa de su momento, siendo fundador y director de la Escuela de Bellas Artes y del Museo cordobés.


Córdoba. Museo Julio Romero de Torres. San Rafael Arcángel

En su producción, se han distinguido dos etapas claramente diferenciadas, siendo el año 1907 el que marca el final de la considerada como de juventud y el comienzo de la de madurez. Durante la primera, el pintor se nos muestra con un espíritu inquieto, ávido por aprender las nuevas corrientes internacionales que llegaban a España, contactando con los artistas de estas tendencias y recopilando todo tipo de reproducciones litográficas, que le van a servir de fuente de inspiración.

Su estilo se mueve entre el romanticismo, el realismo social y fotográfico, el impresionismo, el academicismo floklorista, el simbolismo francés y el prerrafaelismo inglés. A éste momento pertenecen obras como ¡Mira que bonita era!, Conciencia tranquila, Horas de angustia, La morfina, La siesta o la serie del Círculo de Amistad.


Córdoba. Museo de Bellas Artes. Machaquito como apoteosis del toreo cordobés

En 1907, con la obra Nuestra Señora de Andalucía inaugura su etapa de madurez y , tras los dos viajes a Italia, realizados ese mismo año y al siguiente, su estilo queda prácticamente definido. La musa gitana, Amor sagrado y amor profano, La consagración de la copla, La saeta, Cante hondo o Nocturno, son obras representativas de esta etapa y que nos permiten conocer la personalidad del pintor.

Durante estos años, su obra se caracteriza por la exaltación de valores típicamente andaluces, concretados en las tradiciones populares, como el flamenco, la copla o el toreo, y en el prototipo humano, donde la mujer cordobesa es la protagonista indiscutible. A ello se unen los resultados de una profunda investigación de la pintura de la escuela española e italiana y la recuperación de los valores de los grandes maestros. Así, sus personajes se convierten en autenticas esculturas de corte clásico dentro de unas composiciones geométricas, donde la perspectiva y el esfumato juegan un papel tan importante como los temas representados.



Barcelona. Museo Nacional de Arte de Cataluña. Retablo del amor

Museo Julio Romero de Torres  /  Catálogo de obras