Desde la estrecha calle Santos ingresamos en la más amplia de Puerta Nueva. Esta zona, donde estuvo ubicada una de las puertas de la muralla destaca fundamentalmente por la gran cantidad de pequeños comercios que abren sus puertas al viajero, al que en tiempos incluso se le ofrecía la habitación para pasar la noche en uno de los principales hospedajes de la ciudad, el Parador de San Rafael o del León. Actualmente conocida por calle Compañía, debido a la primitiva instalación de la Compañía de Jesús en sus comienzos. Tras la expulsión se convirtió en Escuela de Bellas Artes, pasando la Iglesia a ser llamada del Santo Cristo.

Mediada la Calle Compañía, a su izquierda se encuentra la entrada a la plaza de San Ignacio. En ella, creada sobre una casa solariega propiedad del Marqués de Castilleja y posteriormente del General Trujillo, nos encontramos con la nueva instalación de los Jesuitas y de su iglesia, el actual templo del Sagrado Corazón. Esta, de corte neogótico fue edificada entre 1907 y 1920 por Fernando Guerrero Strachan.

Su estructura se resuelve con tres plantas, crucero y ábside, estando su fachada principal compuesta por una amplia portada con arcos múltiples de formas ojivales. A los pies de las naves laterales se situan dos torres igualmente tratadas con elementos neogóticos.

En esta misma calle son interesantes las viviendas de la casa que hace esquina con la calle Pozos Dulces. Este edificio de viviendas realizados en el siglo XVIII, presenta los típicos balcones corridos con sus herrajes de hierro forjado que lo fijan al muro en un arco de medio punto y con sus antepechos rematados del mismo material.

Poco más adelante, en la esquina de la calle Compañía, ya en su entrada a la plaza de San Ignacio se observa otra interesante obra de Fernando Guerrero Strachan. En este sorprende la simetría de su fachada y el tratamiento dado al ángulo que se remata con chaflán. Igualmente interesante es su último cuerpo, un ático que se descubre tras una amplia cornisa, que se protege con una baranda corrida en todo su frente. En los resaltes de sus cuerpos principales destacan los remates en forma de frontón triangular con que se ha recogido el edificio.

Poco más adelante, en la misma acera, antes de entrar en la calle de los Mártires se encuentra el antiguo Palacio de los Iso Villalón. Pese a sus lamentables transformaciones en fachada aún persiste en él, cierto aire de nobleza que se resalta en la colocación del escudo nobiliario sobre su dintel de entrada.