Description
El edificio se sitúa en el Campus Menéndez Pidal de la Universidad de Córdoba, en la Alameda del Obispo. La Escuela de Agrónomos forma parte del perfil moderno de la ciudad, siendo visible desde toda la orilla Sur del Guadalquivir al cual se asoma.
Los diferentes elementos que componen la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Agrónomos de Córdoba conforman una pieza arquitectónica densa y compacta que, por sus dimensiones y tratamiento unitario, parece conectar con la fascinación que la cultura arquitectónica internacional de ese momento sentía hacia las grandes macroestructuras urbanas.
El arquitecto valenciano Fernando Moreno Barberá proyecta el complejo contando con dos elementos fundamentales: en primer lugar, un volumen de gran extensión, de planta rectangular ligeramente alargada en dirección Norte-Sur y altura variable entre una y dos plantas, que se adapta al perfil de la ribera del Guadalquivir, y en segundo lugar, la torre cilíndrica de ocho plantas de altura, que se convierte en el elemento de referencia del conjunto.
El volumen de gran extensión contiene diferentes dependencias docentes y administrativas, y se organiza en base a tres patios; uno principal que contiene a la torre de planta circular; uno alargado en el escalonamiento del frente sur del edificio, y otro de menores dimensiones que organiza las dependencias administrativas.
El acceso al edificio se sitúa en este volumen, en su fachada oriental. Un vestíbulo orientado en dirección Este-Oeste conecta la entrada con el patio principal. A la izquierda de este vestíbulo se accede a las dependencias de administración, dirección y sala de profesores, que ofrecen su fachada hacia el Este. En una posición central, y también a la izquierda del vestíbulo, se sitúa el aula magna, cuyo volumen se destaca por encima de la cubierta.
Este aula magna se reviste con piezas de ladrillo de cemento, de color gris, que se emplea también en las dependencias docentes. La sección de la cubierta del aula magna asciende hacia el estrado, hasta alcanzar una altura suficiente como para permitir la iluminación lateral de la sala por encima de la cubierta del volumen principal. Esta iluminación lateral se ciega a través del empleo de cortinas de color rojo, que confieren una calidez cromática a la sala que contrasta con el frío color de la pieza de revestimiento. La sección del plano de suelo, por el contrario, desciende desde el nivel del vestíbulo al del estrado. Tras el estrado, una pantalla de proyección preparada para recibir las imágenes desde un balcón de proyección en el lado opuesto de la sala, en hormigón visto.
Al Sur del aula Magna se desarrolla el programa de trabajo interno, con vestuarios de profesores y personal, junto a dependencias de administración y secretaría, más la sala de juntas, dispuestas alrededor de un patio de pequeñas dimensiones.
Este vestíbulo se prolonga al interior del volumen, hasta encontrarse con un espacio de comunicación dispuesto perpendicularmente al mismo, que atraviesa el edificio en dirección Norte-Sur, y a través del cual quedan vinculados los principales usos del edificio: naves de talleres al Norte, patio principal al Oeste, Dirección al Este, y aulas y biblioteca en los mencionados escalonamientos al Sur.
Desde el extremo del vestíbulo de acceso, y hacia el Sur en el volumen horizontal, se inicia el eje que conecta las crujías de aulas, dispuestas en paralelo, con idéntica orientación y diferente altura buscando una adecuada orientación solar y agrupadas en torno a un alargado jardín interior. La crujía superior aloja, en la planta baja, seis aulas de setenta plazas, más tres de 110 plazas. Las aulas cuentan con acceso desde la galería, al Norte, de la que se separan mediante cerramientos estandarizados de carpintería de aluminio. Hacia el Sur, reciben la luz a través de un sistema de brise-soleils de hormigón visto, en un sistema empleado por el autor de manera repetida en otros edificios docentes.
El eje en dirección Sur iniciado en el vestíbulo se prolonga hacia la planta inferior a través de una escalera, que conecta con el vestíbulo Sur del edificio. En este nivel, se cuenta con el patio entre ambas crujías como elemento principal de articulación. En el Este, se localiza la biblioteca, que organiza el depósito de libros y la sala de lectura alrededor del patio. En el Oeste, se disponen estancias destinadas al estudio, la capilla y la sacristía; mientras que conformando la fachada Sur, se localizan aulas destinadas a prácticas. Los cerramientos en este nivel repiten los de la planta baja: elementos de carpintería de aluminio hacia las galerías a Norte, y brise-soleils de hormigón armado hacia el Sur.
Es necesario destacar la interesante sección de las aulas y dependencias colocadas en estas dos crujías, marcada por la inclinación de la cubierta en toda su longitud en su lado Norte. De esta manera, la luz se introduce al interior de estos espacios tamizada a través de la celosía de hormigón armado al Sur, mientras que la que llega del lucernario abierto al Norte se filtra a través de una sencilla celosía de madera que dibuja una malla reticular.
Las naves de talleres, en el extremo Norte del volumen horizontal, se construyen mediante cuatro líneas principales de carga en dirección Este-Oeste, sobre la que se apoya una cubierta en dientes de sierra que permite la apertura de lucernarios orientados al Norte.
En el interior del patio principal se yergue el volumen vertical de la torre cilíndrica que sirve de contrapunto a la horizontalidad del conjunto. Esta torre se apoya en el suelo a través de esculturales pilares y vigas facetadas de hormigón armado, que conforman un porche abierto hacia el Este. Alrededor de este porche, un patio inglés permite la iluminación en la planta sótano de la torre. Ocupando un sector circular al Sur y al Oeste en la planta baja de la torre se encuentra la cafetería, mientras que un sector orientado al Noroeste queda segregado para su uso como vestíbulo y arranque de la escalera y comunicaciones verticales.
Es de destacar la singularidad del espacio de la escalera de la torre, de una gran transparencia gracias a su sistema estructural: dos vigas paralelas salvan los desniveles entre plantas y descansillos, y sobre ellas se apoyan simplemente los peldaños horizontales de piedra artificial negra. La rotundidad dentada de este elemento queda reforzada por el diseño de la barandilla, con un simple pasamano de madera y estructura de perfiles de acero pintado en negro.
La torre se reviste con una celosía de hormigón armado, análoga a la de las aulas del volumen horizontal, que varía su grado de cierre o apertura en función de las orientaciones. Esta celosía se interrumpe en el encuentro con los huecos del descansillo de la escalera, que se convierte de esta manera, y gracias a su singular orientación, en un privilegiado mirador sobre Medina Azahara en la lejanía.
La Escuela de Ingenieros Agrónomos se caracteriza por el profusión del uso del hormigón armado visto en todos los elementos que la estructuran que le confiere la imagen compacta y reconocible; desde la torre cilíndrica de despachos, los cuerpos horizontales de aulas y zonas administrativas, hasta la gran nave de estructura de hormigón y metal en dientes de sierra donde se desarrollaban las actividades y prácticas de maquinaria y gran tamaño, producto de una reforma del proyecto original, y que se construyó anexa al Norte del volumen principal.
El hormigón se convierte en el protagonista también en la pequeña escala ya que, recurriendo al encofrado contrapeado de madera característico de Moreno Barberá, se resuelven elementos singulares como los grandes brise-soleils de lamas alternadas, o elementos como lucernarios, mostradores, etc., así como el suelo de terrazo de gran calidad. El punto de color y contraste material lo supone la fachada de muro-cortina mixto de aluminio con antepechos pintados en azul de la entrada principal, que también sirve de cierre para los espacios de aulas en el volumen horizontal y la torre.
En el interior del salón de actos y las aulas, el empleo del ladrillo de cemento, colocado a tabla vista, introduce un valor añadido a la textura del edificio. El empleo cuidado de la madera en las celosías de techo, así como del aluminio en las carpinterías y el color rojo en las puertas, define una carta cromática extremadamente sencilla, al mismo tiempo que poderosamente expresiva.
La Escuela Técnica Superior de Ingenieros Agrónomos de Córdoba, actualmente víctima de un incomprensible abandono por parte de la Universidad de Córdoba, se significó durante la década de 1970 como la imagen representativa del campus cordobés de Menéndez Pidal y como elemento reconocible del perfil moderno de la ciudad. El progresivo traslado de las facultades técnicas al campus de Rabanales (Antigua Universidad Laboral) y la escisión del resto del campus provocada por la ronda viaria oeste ha supuesto el abandono y olvido completo de este notable equipamiento a nivel local y autonómico.
El edificio de la Escuela de Agrónomos del campus de Menéndez Pidal supone el hito, casi totalmente aislado en Córdoba, de arquitectura de hormigón visto con trazas cercanas al brutalismo. De notable presencia en el skyline de la ciudad, junto con los demás elementos singulares y de valor, del campus universitario, el conjunto destaca por la sensibilidad a par que contundencia y sentido de lo monumental con que se asoma a la ribera del Guadalquivir encontrándose relaciones de vinculación volumétrica y de sistemas medioambientales con la mezquita cordobesa. Hay en la obra notorias referencias a la arquitectura internacional de la época, en especial a la obra de brasileños como Niemeyer, Reidy o Vilanova Artigas, así como a la producción contemporánea en Estados Unidos del alemán Marcel Breuer.
La Escuela de Agrónomos supone, junto con la Central Térmica de Puente Nuevo y su poblado de trabajadores en Espiel, el legado que Fernando Moreno Barberá dejó en Córdoba, si bien se pueden establecer conexiones con otros ejemplos de arquitectura universitaria de este mismo autor, tanto en Madrid como en Valencia, donde se encuentra el lenguaje decididamente monumental en conjugación con los planteamientos modernos tan afines a la arquitectura de maestros como Le Corbusier.
En 1993, una intervención provocó el cierre de la galería perimetral del patio principal, debido a la necesidad de nuevas salas de informática. Este cierre se realizó con carpintería de aluminio, de fácil restitución al estado original.
Poco después de su desalojo en 2008, el edificio fue ocupado y vandalizado, despojado de los materiales que fueron considerados de valor. La presencia de pájaros en la torre, como palomas y golondrinas, se ha convertido además en un problema añadido para la conservación. El entorno ajardinado de la Escuela se encuentra abandonado. Piezas interesantes de mobiliario urbano colocadas el solar, tales como los bancos diseñados por Moreno Barberá a partir de recortes de perfiles metálicos normalizados, se encuentran en avanzado estado de deterioro.
El traslado de la Escuela de Ingenieros Agrónomos al Campus de Rabanales ha supuesto el abandono y olvido definitivo de esta pieza singular por parte de la Universidad de Córdoba (UCO), con pretensión de ponerlo en venta. Junto a esa afectación, la reciente construcción de la Ronda de Poniente ha provocado el aislamiento del edificio, que queda desgajado del Campus.