Description
La ciudad de Marbella está situada a orillas del Mediterráneo, entre Málaga y el estrecho de Gibraltar, y en la falda de la Sierra Blanca. Su término municipal ocupa una superficie de 117 km², atravesados por la autovía y la autopista de peaje llamadas del Mediterráneo, principales accesos al municipio.
Marbella limita al norte con los municipios de Istán y Ojén, al noroeste con Benahavís, al oeste con Estepona y al este con Mijas. El término municipal marbellí ocupa una franja que se extiende a lo largo de 27 kilómetros de costa, refugiada por las laderas del Cordón Montañoso Litoral penibético que forman las sierras Bermeja, Palmitera, Real, Blanca y Alpujata. Debido a la proximidad de la sierra con la costa, la ciudad presenta un gran desnivel entre las partes norte y sur, propiciando así vistas del mar y la montaña desde casi todos los puntos de la ciudad. El litoral está densamente urbanizado. La mayor parte del suelo no edificado corresponde a campos de golf o a pequeñas zonas residuales.
La topografía de Marbella se caracteriza por la presencia de extensas llanuras litorales formadas a partir de materiales erosionados. Tras las llanuras se extiende una zona de altitudes entre los 100 y 400 metros ocupada por cerros y lomas, detrás de la que se alzan el piedemonte y el abrupto relieve de la sierra.
La costa es en general baja y arenosa, con playas que van siendo cada vez más extensas cuanto más al este nos encontremos, entre el puerto pesquero y el de Cabopino. A pesar de la intensa urbanización del litoral, aún se conserva una zona de dunas en el extremo oriental del municipio, las Dunas de Arto.
El casco antiguo de Marbella tiene una estructura irregular configurándose por tres áreas morfológicas diferentes que se corresponden con tres etapas también diferentes. Abarca el antiguo recinto amurallado y los dos arrabales históricos de la ciudad: el Barrio Alto, que se extiende hacia el norte, y el Barrio Nuevo, situado al este.
El antiguo recinto amurallado, de época altomedieval, viene dada por la cerca árabe. El perímetro amurallado tenía tres puertas de entrada y constaba de dieciséis torres de defensa y vigía. Marbella era por tanto un dédalo de calles transversales o radiales de trazado sinuoso que enlazaban las puertas más concurridas del recinto murado. La Marbella musulmana perdió parte de su fisonomía tras la conquista de los Reyes Católicos. Se construyen entonces casas señoriales, iglesias, conventos y capillas, además de abrirse nuevos espacios en la traza urbana.
El Barrio de San Francisco o Barrio Alto también tiene sus orígenes en la época musulmana, pero como un arrabal de la ciudad principal. Hasta bien pasado el siglo XVII este barrio no comenzó a colmatarse, pues hasta entonces estaba conformado por la Ermita del Cristo, el Convento de San Francisco, casas solariegas de ricos hacendados y huertas.
El Barrio Nuevo nace junto al Arroyo de la Represa y junto a la Puerta de Málaga. El núcleo de viviendas empieza a desarrollarse cuando el poder corsario decae y se cuentan con mejores defensas costeras. E barrio se distribuía en torno a cinco calles principales, trazadas cartesianamente.
En la actualidad la imagen urbana del Centro Histórico y Ensanche Tradicional de Marbella es en general buena, ya que la mayor parte de esta área ha sido objeto de acondicionamiento y mejora. No ocurre lo mismo en el Barrio de San Francisco, donde la sustitución inmobiliaria, tanto en tipología como en volumen y la presión circulatoria lo han alterado notablemente.
Un análisis morfológico de los distintos crecimientos urbanos, de la trama viaria y de la estructura parcelaria, pone de manifiesto que cada periodo histórico se ha caracterizado por mantener una relación de antropización del suelo que responde a cuestiones económicas, políticas y sociales diferenciadas.
Las características morfológicas del parcelario son consecuencia directa de las demandas existentes en el momento de la ocupación, en íntima relación con los factores económicos presentes en dicha época.
El trazado de la ciudad histórica obedece a tres etapas diferentes, cada una de ellas manifestada en cada uno de los barrios que conforman el centro histórico y ensanche tradicional de Marbella. Así el barrio viejo responde la etapa medieval-renacentista, que aunque son dos conceptos diferentes de implantación parcelaria se entremezclan en esta zona de la ciudad. A las calles estrechas y sinuosas se le implanta a finales del siglo XV y principios del XVI un trazado ortogonal propio de la época, donde el principal elemento es la Plaza de los Naranjos, así como la intención de racionalización de la trama.
En el barrio viejo, las parcelas predominantes son pequeñas e irregulares. La intención de regularizar el trazado medieval se manifiesta en la Plaza de los Naranjos con parcelas de mayor tamaño y prácticamente rectangulares.
El barrio de San Francisco crece en torno a dos viarios principales, la calle Ancha y San Francisco. En esta zona el trazado se intenta ortogonalizar respondiendo a los criterios ilustrados del momento de afianzamiento del barrio.
En el barrio nuevo se nota mejor el viejo trazado de este adarve construido al amparo del Arroyo de la Represa y el Puente de Málaga. De planta triangular, sus calles son sensiblemente paralelas y rectangulares a la Avda. Severo Ochoa y la Travesía de la Huerta de los Cristales.
La arquitectura del núcleo histórico de Marbella no se caracteriza por un estilo único, existiendo influencia de varias etapas constructivas. Los edificios más antiguos responden a época renacentista. La vivienda barroca también tiene notables ejemplos en Marbella; son casas patio que se organizan en una o dos alturas, poseen planta rectangular con el patio como elemento vertebrador de la vivienda, abriéndose a las dependencias de la misma. En el patio se localiza el pozo y en muchas ocasiones se organiza configurando una galería perimetral con arcos, pilastras y forjados con viguería de madera, vigas, alfajías y ladrillos por tabla. La vivienda neoclásica también predominante en la zona de las calles Ancha y San Francisco. En estas casas la planta se hace más funcional, incorpora más patios a los que se abren distintos recintos, las galerías dejan de recorrer todo el perímetro del patio. La tipología transformada, permite obtener plantas con posibilidad de organizarse generando varias viviendas en el mismo nivel o una por planta e incluso en los casos más complejos, fincas con varias plantas y varias viviendas en cada nivel.
En cuanto a la arquitectura doméstica, esta es sencilla y funcional, generalmente de una sola planta, con soberao para almacenamiento del grano. En estas viviendas predomina el macizo sobre el hueco en fachada y generalmente presentan cubiertas a dos guas con teja curva. Muchas de estas viviendas han sustituido el soberao por una nueva planta, alterando tanto la tipología como su fachada y por tanto, la imagen urbana.