Description
Este edificio para servicios administrativos de la Junta de Andalucía se sitúo en las proximidades del sector conocido como Puerta Triana, en unos terrenos resultantes de la ordenación general que se llevó a cabo en la Isla de Cartuja con motivo de la celebración de la Exposición Universal del año 1992. Fuera del recinto expositivo, colmataba junto con otros edificios terciarios una amplia superficie revalorizada tras la eliminación del tapón de Chapina, la construcción del puente de El Cachorro y la conexión con la parte norte del barrio de Triana a través de diversas vías que salvan la barrera que supone la carretera de salida a Huelva.
La ordenación del sector Puerta Triana se realizó mediante loteo en grandes parcelas rectangulares y, dado de que se trataba de unos suelos generados entre la Corta de la Cartuja y la Dársena de Alfonso XIII, se caracterizaban por presentar una topografía con escasa pendiente y sin ni variaciones topográficas significativas, salvo las naturales inclinaciones del terreno próximo a los márgenes de ambos ríos.
El solar destinado para el edificio Torre Triana se encontraba cercano a la Corta, del que quedaba separado por la actual avenida de Carlos III y los terrenos de aparcamiento que dispuesto en línea a lo largo de toda la avenida. La forma del solar era sensiblemente rectangular, con una superficie próxima a las cinco hectáreas (48.750 metros cuadrados). Al norte, es decir hacia el recinto expositivo, Torre Triana se enfrentaría al edificio "Expo", el Word Trade Center Expo"92 que diseñó Antonio Vázquez de Castro. Por el lado sur, la subestación S-1, diseñadas por José María Toro y Antonio Martínez, y el edificio Redesa, del que es autor Mariano Bayón. Por el este, hacia la ciudad, un amplio paseo-salón, la actual calle del Inca Gracilaso, mientras por el oeste, hacia la Corta y el Aljarafe, la avenida Carlos III, que recorre por el exterior todo el recinto de la Exposición Universal, conectando por el norte con la ronda de circunvalación SE-30 en la cabeza del Puente del Alamillo y por el sur, con la carretera Muro de Defensa, que discurre por el antiguo muro de defensa del río Guadalquivir, paralela a la Ronda de Tejares, conectando de nuevo con la ronda de circunvalación SE-30, esta vez a la altura del Puente Juan Carlos I.
La topografía del solar era prácticamente plana, ya que en su lado más corto, aproximadamente doscientos metros, las cotas variaban desde la + 9,50 metros a la + 10,50 metros.
Torre Triana se concibió por la unión de dos figuras geométricas: una cuadrada con otra circular, penetrando la estructura de la malla interior cuadrada en el anillo. Este juego compositivo de formas simples, tiene una traslación directa en la organización general de las funciones, destinándose la parte cuadrada que queda en el interior, a los programas privativos, mientras la zona circular que cierra el edificio, a los programas con mayor demanda de uso público. Los accesos, la sala de conferencia y otras dependencias se situaron en dos figuras rectangulares al exterior, ayudando a definir el eje fundamental del edificio, en dirección norte-sur. La entrada quedó definida a la cota + 10,50, altura topográfica que servirá de referencia para definir planimétricamente la posición de las distintas plantas.
La volumetría responde a la idea de organizar el edificio en planta concentrada y a la idea de poder organizar el programa en tres secciones iguales ocupando plantas superpuestas con dobles alturas, cada una de los cuales se organiza en torno a la galería de acceso público.
A nivel de la cota + 10,50 metros, la planta baja y de acceso, se proyectó completamente diáfana para contener los espacios de acogida y los núcleos verticales de comunicación (ascensores y cajas de escaleras), organizados a lo largo del eje principal norte-sur, y que debían quedar bien definidos para su rápida localización dada la amplia superficie que el edificio llegaba a ocupar en planta. Dada la diafanidad de este nivel, se apreciaba la estructura octogonal de arcos sencillos y dobles que estaba directamente asociada con el cuerpo central de oficinas. El patio-jardín que rodeaba al edificio, se introdujo en esta planta para ayudar a cualificar el gran espacio vestibular interior que se creaba. Se incorporó además una doble altura de 8 metros (la distancia entre dos plantas) que fue aprovechada para introducir una planta anular, por debajo de los pisos de galerías donde se ubicaban las oficinas.
El volumen de remate que caracteriza la figura de Torre Triana fue determinado por cuestiones eminentemente técnicas, ya que era el mejor sitio para situar las instalaciones. Su concentración en el centro del edificio, significaba optimizar los recorridos y alcanzar el mejor rendimiento posible.
El programa singular de Torre Triana lo completaban las salas de reuniones que como se comentó antes, quedaron situadas en los volúmenes rectangulares exteriores situados en el eje norte-sur. Se proyectaron dos plantas para salas. La primera situada a la cota + 14,50 (planta primera) y en la que se dispusieron cuatro salas, dos por edificio anexo, con capacidad de 250 plazas cada una. La segunda a la cota + 18,50 metros (planta segunda); una única sala con capacidad para 600 personas que no obstante podía subdividirse en otras dos menores de 250 plazas, e incluso en tres salas mediante un doble juego de paneles mecanizados. El acceso a estas salas se realizaba por el vestíbulo principal, a través de la entreplanta anular que había quedado por debajo de los pisos de galerías donde se ubicaban las oficinas.
Las oficinas son parte esencial en el edificio. Se distinguieron dos zonas atendiendo a la representatividad y al grado de accesibilidad que debían tener al público. La destinada a los servicios más importantes y menos requerida por el público se dispuso en la parte central, en un único paquete, formando una planta cuadrada de 42 x 42 metros y la ocuparían los consejeros, directores generales, etc. Se organizaba este sector en crujías dobles, aproximadamente de 7,20 metros de ancho, estando las primeras crujías en contacto directo con los jardines-patios, a donde asomarían los despachos de los consejeros, delegados y directores generales, mientras las segundas la ocuparían las secretarías u otras dependencias directamente relacionadas con los despachos de dirección. Una segunda zona de oficinas se dispuso a lo largo del anillo exterior. Con el uso más frecuentado por el público, diseñándose mediante separaciones bajas que no interrumpían la continuidad de este espacio.
Este esquema funcional se repetía cada dos plantas. De esta manera, las instalaciones se concentraban en torno al forjado que dividía ambas plantas, para así optimizar los recorridos y el rendimiento de las maquinarias. De esta manera, cada dos plantas, podía liberarse al forjado de esta función. Las seis plantas del edificio destinadas a oficinas "de la segunda a la séptima inclusive- quedaban agrupadas en tres paquetes funcionales de dos plantas cada uno. Bajo ellas, las dos plantas que funcionaban como vestíbulo general de entrada y entreplanta de servicios. Por encima de la séptima planta, tres niveles con el que se coronaba el edificio.
La fachada exterior del edificio es una única envolvente que cierra el cilindro. Se le dotó de gran espesor, acorde a la propia escala territorial que representa Torre Triana, construyéndose con dos fábricas de un pié de espesor, cámara de aire, aislamiento superficial con manta de vidrio y acabado con placas de mármol blanco Macael y rosa portugués. El grosor alcanzado en el cerramiento exterior permitía distinguir el tratamiento exterior del interior. La imagen buscada de edificio compacto queda así potenciada y, en el gran muro que aparentaba el cerramiento quedaban desapercibidos los reducidos huecos, cuyas dimensiones respondían a la intención de minimizar la radiación solar procedente del exterior, con el consiguiente ahorro energético. La uniforme composición se rompe por las grandes aberturas oculares que se situaron en los correspondientes extremos de los ejes norte-sur y este "oeste. Dentro de la composición, destacan las dos grandes columnas de coronación que, además de responder a cuestiones ornamentales, dan respuestas a necesidades técnicas.
El interior la zona cuadrada de 42 x 42 metros se acotó mediante carpinterías acristaladas y perfilería de aluminio, moduladas para hacerlas coincidir con las mamparas ligeras que dividían las zonas de oficinas. De esta manera, los núcleos de comunicación vertical resultaban ser las únicas divisiones opacas y fijas de esta parte del edificio.
Dos años después de la celebración de la Exposición Universal de Sevilla del 92, la Consejería de Economía y Hacienda de la Junta de Andalucía decidió redistribuir y acondicionar el edificio de Torre Triana para sede de los servicios centrales. El proyecto fue redactado por los arquitectos Ignacio Garmendia Gil y Enrique Cosano Povedano, que contaron con el asesoramiento y dedicación de Francisco Javier Sáenz de Oíza. Esta adaptación se vería modificada posteriormente al separarse las consejerías de Economía y de Hacienda, teniendo los arquitectos que reformar el proyecto inicialmente aprobado.
El proyecto y la obra de adaptación al nuevo programa es una operación delicada que debía lograr de la mejor manera posible, incrementar y subdividir las superficies destinadas a oficinas, y compatibilizar el uso de las instalaciones generales por varias consejerías. El incremento de personas que debían trabajar en el edificio significó también la reordenación de los jardines exteriores para conseguir mayor número de plazas de aparcamiento. La intervención llevada a cabo consiguió dar adecuada repuesta a las nuevas necesidades y sobre todo, no alterar en exceso la imagen y las intenciones que habían dado origen a Torre Triana. S
ólo a través del estudio detenido del proyecto y de la descripción detallada que de las obras se realizan los autores en la memoria, es posible distinguir y acotar las intervenciones. Tal y como ellos lo exponen, las obras fueron las siguientes:
- En el sótano 1, se situó la nueva área de informática, que requería una extensa superficie, para oficinas y otras dependencias de trabajo, por lo que también hubo que ocupar parte de la planta baja. Para ganar la superficie necesaria, se cegaron algunos huecos en doble altura.
- Se redimensionó el módulo que servía para delimitar con mamparas o divisiones ligeras las oficinas, introduciendo una malla ortogonal de 120 x 120 centímetros, que resultaba coherente con la modulación existente del edificio; era compatible con las divisiones de las carpinterías de las cristaleras.
- Dada la mayor densidad de ocupación y de divisiones, se modificó el sistema de impulsión y retorno de aire acondicionado, creándose un "plenun" por el peto perimetral sobre la doble altura que, a través de conductos, captaba el aire acondicionado por los flancos situados en planta baja. Se liberó así el anillo interior.
- La incorporación de nuevas oficinas en el flanco sur de la octava planta, contiguo a la sala de máquinas, se resolvió construyendo un nuevo forjado en el vacío central existente. Era necesario que los ascensores llegasen hasta a este nuevo nivel, saliendo unos nuevos castilletes de maquinarias en la azotea que trataron con la misma composición que el edificio para minimizar su presencia al exterior.
- Para uniformar las distribuciones, se situaron baterías de despachos en los flancos este y oeste de todas las plantas. En esta zona era donde las particiones, ajustadas a la modulación de 120 x 120 centímetros, configuraban espacios de trabajo más regulares. El resto de la corona quedó libre de tabiquería constituyendo cuatro amplios patios de trabajo. La división del espacio se realizó con muebles modulares que ofrecían mayor flexibilidad a futuras transformaciones. En los laterales del prisma interior, se construyeron dos bandas paralelas de despachos separados por pasillos que desembocaban en un patio central de trabajo. Los nuevos accesos se producían por el pasaje central de circulación y las galerías tangenciales de evacuación.
- En los cuerpos anexos al cilindro se ubicaron los ámbitos correspondientes a los consejeros de Educación y Ciencia y de Obras Públicas y Transportes, sus gabinetes y las respectivas viceconsejerías. Los consejeros se situaron en el centro de gravedad del edificio, flanqueados por sus secretarias, viceconsejero y sala de reuniones; en un segundo estrato se situaron los miembros pertenecientes a su gabinete. Con un criterio similar se organizó la planta séptima y octava, destinadas a las consejerías de Economía y de Hacienda. A las plantas bajas se trasladaron las salas de reuniones, permaneciendo en el sótano, el salón de actos, conservándose el acceso independiente desde el exterior a través del jardín.
- Se ocupó con uso administrativo la sala hipóstila de doble altura situada en el área central del prisma interior. En las crujías perimetrales de doble altura se situaron las bibliotecas correspondientes a cada una de las consejerías. En las crujías interiores, aledañas a los núcleos de aseos y acceso vertical se construyó un forjado intermedio, para situar en el nivel inferior las salas de reuniones generales del edificio y en la entreplanta, áreas de oficinas con acceso desde las galerías tangenciales que flanqueaban el prisma central.
- La Gerencia de Urbanismo obligó a modificar la alineación de la parcela para incorporar nuevas plazas de aparcamiento en el exterior. Se uniformó entonces el acceso rodado y peatonal, concentrándose en el flanco sur para lo que hubo que construir una cabina de control que siguió a menor escala la composición y el tratamiento en fachada del edifico general. Tras la cabina de control, hay una primera zona superficial de aparcamiento, similar al existente en el proyecto original, que atraviesa la parcela ocupando todo su lindero meridional. A partir de aquí y mediante dos rampas situadas en los vértices del solar se accede a un parque longitudinal, bajo rasante, constituido por plazas en cordón y batería situadas en los flancos de una vía rodada de circulación que deambula por todo el perímetro de la finca. Las plazas de estacionamiento en batería están protegidas por una sucesión de horquillas de hormigón armado; constituidas por ménsulas sobre pies derechos, que soportan un piso formado por placas prefabricadas. Este voladizo prolonga la superficie ajardinada de la parcela. Los accesos se resuelven mediante puentes sobre el foseado.
Historic Info
Con fecha 19 de enero de 1988 la Consejería de Obras Públicas y Transportes de la Junta de Andalucía encargó a Francisco Javier Saénz de Oiza el proyecto del edificio de Torre Triana. La licencia de obra tiene fecha de 14 de noviembre de 1989. Torre Triana posee una edificabilidad sobre rasante de 39.528,21 metros cúbicos, lo que supone el 98,82% de aprovechamiento. La relación superficie construida/superficie útil es de 1,1814 m2/m².
La altura del edificio en la parte del anillo es de 32,00 metros sobre rasante y en la parte central, 44,00 metros sobre rasante. Los edificios anexos situados en el eje norte-sur, tienen una altura máxima de 12 metros.
La altura entre plantas "entre caras superiores de forjado- es de 4,00 metros. El sótano presenta una altura de gálibo de 2,80 metros y, antes de ser reformado en el año 1994, daba servicio a 320 plazas de aparcamiento, lo que suponía un incremento superior al 50% mínimo que indicaban las Ordenanzas de aplicación. El presupuesto de ejecución material de Torre Triana alcanzó los 4.410.500.826 pesetas (26.507.643,82 ")El presupuesto de contrata fue de 5.878.315.501 pesetas (35.329.387,69 ") El proyecto de reforma de Torre Triana fue encargado por la Dirección General de Patrimonio de la Consejería de Economía y Hacienda de la Junta de Andalucía el 19 de diciembre de 1994 con el título "Dirección Técnica Superior de Obras de Adecuación Interior y urbanización del Edificio Torre Triana en Sevilla". El presupuesto de adjudicación ofertado por la empresa Entrecanales y Távora S.A. fue de 3.254.251.460 pesetas (19.558.445,18 ").
Las obras comenzaron el 1 de marzo de 1995.Iniciada la obra, el 31 de mayo de 1995, se solicitó por parte de los arquitectos autorización para elaborar un modificado del proyecto aprobado como consecuencia de necesidades nuevas imprevistas, emitiendo informe favorable la Dirección General de Patrimonio de la Consejería de Economía y Hacienda, el 5 de julio de 1995. La fecha de visado del modificado de proyecto es del 9 de febrero de 1996. Dicha petición se basó en:
- Incorporación de direcciones generales, escisión de la Consejería de Economía y Hacienda.
- Cambio exigido en la alineación de la parcela por la GMU, además de dar respuesta a un nuevo requerimiento del planeamiento vigente que obligaba a ubicar en la finca un plus de 430 plazas de aparcamiento, por lo que había que rediseñar la urbanización exterior de la finca.
- Incorporación de una red de voz-datos así como instalaciones de Control de Acceso y Seguridad.
Francisco Javier Sáenz de Oíza nació el 12 de octubre de 1918 en Cáseda, Navarra. Se tituló como arquitecto por la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid en el año 1946, recibiendo el premio "Aníbal Álvarez" por el mejor expediente académico. En 1949 comenzó su labor docente en la Escuela de Arquitectura de Madrid, impartiendo clases de Salubridad e Higiene hasta el año 1952, que pasaría a impartir clases de proyectos arquitectónicos, labor que continuó hasta el año 1983. Su actividad docente e investigadora ha marcado a varias generaciones de arquitectos reconociéndose a Sáenz de Oíza como responsable de una línea clara de pensamiento que ha marcado a la Escuela de Arquitectura de Madrid durante la segunda mitad del siglo XX, al mismo nivel que otros grandes arquitectos de su tiempo como Alejandro de la Sota.
No menos interesante resultó su producción arquitectónica en la que destacó con brillantez rápidamente. Son muchas las obras que podrían citarse para ilustrar esta trayectoria, desde la basílica de Aránzazu que diseñara en 1949, hasta su obra póstuma, la Fundación Museo Jorge Oteiza, terminada en el año 2003; un largo recorrido que la historia quiso que empezara y en terminara en su tierra, Navarra, y con el escultor que conoció al ejecutar la obra de la basílica y con el que tanta sincronía mostró a lo largo de los años.