Junta de Andalucía

El edificio, construido por Luis Gutiérrez Soto entre 1931 y 1933 es simbólicamante considerado el edificio que abre las puertas a la arquitectura racionalista en la ciudad de Huelva, sirviendo de referencia para las incursiones que otros arquitectos que aquí trabajan realizan en torno al lenguage del Movimiento Moderno. Se sitúa dentro del casco histórico de la ciudad, en un solar en esquina y entre medianeras. La distribución en planta del mismo viene condicionada por la posición de la sala de proyecciones, que se adosa a la medianera más larga para aprovechar al máximo el espacio disponible. Aparte de este espacio, el edificio consta de una franja lateral que conforma la mayor parte de la fachada y de la esquina, y que acoge el vestíbulo de acceso, las taquillas, y otra serie de dependencias de servicio. El reflejo volumétrico de esta planta en la composición exterior no es literal. Las fachadas del Cine Rábida se elevan a la altura de dos niveles cuando entran en el contacto con los dos edificios colindantes, intentando así sellar sus respectivas medianeras. El resto de la fachada del edificio, en cambio, tan sólo consta de una planta, la cual conecta los dos volúmenes anteriormente citados. Al igual que ocurre en otros tantos cines de esta primera etapa de Gutiérrez Soto, también aquí priman los gestos expresionistas a la hora de caracterizar el edificio. Entre ellos destacan la marcada curvatura de la esquina, los grandes vuelos de la marquesina de acceso, las aperturas en forma de "ojo de buey", y otra serie de detalles menores que recuerdan a la arquitectura de Erich Mendelsohn.

Nacido en 1900 y titulado en 1923, en la Escuela de Arquitectura de Madrid, Luis Gutiérrez Soto se revela pronto como una figura fundamental del panorama arquitectónico español en la transición de las que Baldellou denomina primer generación racionalista, representada por Bergamín y Blanco Soler, y la tercera generación encabezada por Sert y Torres Clavé. Demuestra en su obra una extraordinaria habilidad en el manejo de un lenguaje racionalista sin necesariamente comprometerse en su discurso teórico, hecho que se aprecia claramente en sus proyectos de cines en los que se convirtió en especialista, realizando una nueva planta al menos dieciocho, reformó siete y proyectó, sin llegar a realizarlos, otros seis. Al periodo racionalista anterior a la guerra corresponden ocho en Madrid y dos fuera, el cine La Rábida, en Huelva, y el cine Góngora, en Córdoba, ambos de 1931. En su investigación formal alcanza interesantes logros como la disposición diagonal de la sala alojando en la esquina el vestíbulo, experiencia aprovechada posteriormente por otros arquitectos. El ambiente postbélico le conmina a suspender el uso de un lenguaje moderno en la búsqueda de un lenguaje historicista de exaltación nacional, retomando aquel posteriormente al comprobar en sus viajes la imparable progresión de la arquitectura moderna, sobre todo en América. Pero a pesar de ello y de la utilización superficial a veces del racionalismo, Gutiérrez Soto es a la vista de su obra uno de los más importantes arquitectos españoles del siglo XX, en el tránsito del eclecticismo de principios de siglo hacia la arquitectura moderna que comienza a retomarse a final de los años 40. Con una vasta producción profesional, es autor de importantes obras como el Cine Barceló (1930) y el Bar Chicote (1931 de Madrid, multitud de cines y edificios de viviendas, el Mercado de Mayoristas de Málaga (1939-43), el Ministerio del Aire (1940-51), el edificio de Alto Estado Mayor (1949-53) en Madrid, o la Torre de Valencia (1955-58), en Valencia.