Finalizado el dibujo se dejan secar las piezas y cuando se tiene un volumen suficiente se realiza la segunda cocción. La cerámica se cuece durante diez horas a 900º. A lo largo de este proceso aparecen los colores brillantes del blanco, verde y azul que se han aplicado anteriormente en tonos grisáceos
La primera cocción se realiza para eliminar la cal del barro y así prevenir de las posibles burbujas que pudieran aparecer en la pieza. Las piezas se colocan encima de unas parrillas y separadas por unos pilares que dan la altura necesaria entre los objetos. Las bandejas se introducen en el horno de gas a 900º.
Los colores tradicionales de la cerámica granadina son el verde y el azul. La pintura verde se compone de óxido de cobre y manganeso y la pintura azul por cobalto. Normalmente se suele rebajar la pintura con color blanco para conseguir distintas tonalidades.
Los dibujos por los cuales se identifica la cerámica granadina suelen repetir los mismos patrones: granadas, flores, pájaros y trazos geométricos. Estos dibujos se realizan empapando un pincel en la pintura y realizando los trazos ágilmente.
Las piezas se apilan en unas parrillas y se dejan orear.
Previamente al amasado, el barro se extrae de la bolsa de plástico en donde viene embalado y se deja orear.
Una vez oreado, el barro se deposita en el suelo y se elabora una pisa, a modo de un pan grande de arcilla. Ésta se mezcla con los pies para así conseguir una masa homogénea.
El trabajo en el torno es uno de los procedimientos que requieren mayor destreza. Normalmente el artesano dedica un día a trabajar exclusivamente en el torno. Con la ayuda de agua y una esponjilla moldea el barro dando forma al objeto que esté realizando. Mediante un hilo grueso separa la pieza del torno cortándolo por la base y la deja orear durante un día. Al día siguiente el alfarero procede a realizar la base de cada pieza. Ayudándose con una espátula va quitando barro de la parte inferior para así aligerar el peso de la figura con el objetivo de que tenga más apoyo y así no se resquebraje.
El color blanco es el que se utiliza como fondo para todos los objetos de la cerámica granadina. La pieza se introduce en un baño de esmalte blanco varios segundos y se deja secar en las parrillas. El esmalte blanco está compuesto por estaño, minio y plomo. El artesano suele utilizar colorante que añade al esmalte para que el resultado sea más suave y no quede un blanco nuclear.
La pisa se corta en trozos más pequeños para poder introducirla por la amasadora. Finalmente se hacen pellas y se pasa a trabajar en el torno.