Se procede a la retirada de los panales de miel de las colmenas, dejando una cantidad suficiente para que las abejas puedan alimentarse durante el invierno y parte de la primavera. El apicultor retira los cuadros ayudándose de unas pinzas, los introduce en otra caja vacía para transportarlos a la nave y repone en el colmenar los cuadros extraídos por otros nuevos.
Para la recolección del polen, el apicultor coloca en la puerta de entrada de cada colmena una trampilla caza-polen con una rejilla por la que únicamente pasa la abeja, cayendo el polen que porta en su tercera pata a un cajón de la trampilla. La colocación de las trampas generalmente se lleva a cabo a comienzos de primavera, aunque en ocasiones se adelanta la floración a enero (caso de 2009). Así, desde el mes de marzo se comienzas a recoger el polen de estos cajones y en casa o espacio de extracción se tamiza y se extiende sobre unas bandejas para su completo secado.
Según va avanzando la primavera, se van sucediendo distintas floraciones y diferentes clases de miel (el cantueso, la jara o el romero tiene lugar en abril, el eucalipto en julio y el mielato entre julio y agosto), seleccionando unos cuadros y otros para la obtención de mieles monoflorales o multiflorales.
La "castración" o desoperculación, es decir, la retirada con un cuchillo de una fina capa de cera (opérculo) que las abejas para hacen para sellas las celdillas cuando la miel está madura, se realiza ya en la nave de extracción. A temperatura ambiente, los cuadros se introducen en el bidón extractor que, accionado mediante energía eléctrica, hace girar los cuadros y, por centrifugación, extrae la miel de las celdillas arrojándola contra la pared del bidón. Terminado el proceso, los cuadros se sacan y limpian para luego repararlos y volver a reutilizarlos.
La miel se filtra por tamices para quitar restos de abejas muertas y demás impurezas, que se ubican en la cuba de decantación y luego en la centrifugadora. La miel es conducida por una serie de conductos y bombeada a bidones directamente a una temperatura similar a la existente en la colmena (unos 20-30º).
Se realiza desde septiembre a febrero. Una vez la miel está filtrada y decantada, pasa al envasado en tarros de plástico o cristal de 1 y 2 kilos, y etiquetado manual. Por otro lado, el polen ya cribado y seco se almacena se envasa en botes y se mete en cámaras frigoríficas para mantener su frescura.