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La devoción que existe en Barbate a la Virgen del Carmen se pone de manifiesto cada 16 de Julio con la participación masiva de sus habitantes en la procesión que recorre, primero las calles de la localidad y más tarde las aguas cercanas a la playa que tiene su mismo nombre, Playa del Carmen. Se trata de una imagen que se erige en referente de identificación local, no sólo por ser un municipio cuya actividad económico-social ha girado principalmente en torno a actividades relacionadas con la pesca, sino también, por su historia particular, que comienza en 1938 con la segregación administrativa de Vejer y con la fundación en ese mismo año de Hermandad de la Virgen del Carmen de Barbate.
Según la tradición oral, los orígenes de la veneración de la Virgen del Carmen en Barbate se remontan a finales del siglo XIX y principios del XX cuando Barbate, todavía pedanía de Vejer, comienza a aumentar su población, sobre todo a raíz de la expansión de la pesca de atún con artes de almadraba. En 1908 se tiene constancia documental de la donación de una talla de la Virgen del Carmen por parte del entonces capitán de almadraba Juan Bautista Pérez, que vino a sustituir a otra talla, que al parecer era de menor tamaño y quedó algo dañada. Ya en 1910 realiza su primera procesión por aguas del río Barbate, a bordo de un barco de la almadraba llamado "Micaela".
Los preparativos más importantes que se producen antes de la procesión de la Virgen del Carmen tienen que ver con el acondicionamiento de la Lonja en el Puerto Pesquero, con la instalación de un altar, crucifijos y la colocación de sillas para la celebración de la misa. Por otra parte, el barco encargado de transportar a la Virgen, y los otros que la acompañarán, se preparan y engalanan para la ocasión.
La procesión se inicia en la mañana del día 16 de Julio con la salida desde la Iglesia de San Paulino, en dirección al puerto pesquero de la Albufera, donde será embarcada tras la eucaristía correspondiente en la lonja del mismo puerto pesquero. La imagen de la Virgen del Carmen está subida en un paso-trono dirigido por un capataz, llevado por cargadores y con música característica de Semana Santa a cargo de la Banda Municipal de Música.
El traslado de la Virgen suele durar en torno a las 3 horas, y en el participa toda la población de Barbate, ya sea en la procesión terrestre o en la marítima, o simplemente estando presente en alguno de los momentos claves, la salida, la lonja o el momento de embarcar. Una vez llegados a la Lonja del Puerto de la Albufera, la Virgen hace su entrada entre aplausos y vítores. Como señala Corbacho (2003) la lonja "será el espacio donde confluirán todas las personas pertenecientes a los diferentes sectores socioeconómicos del pueblo". Es decir, en la Lonja se produce un momento con una fuerte carga simbólica, pues es allí donde se escenifica el patronazgo simbólico que la Virgen del Carmen ejerce, no sólo con la población relacionada con el sector pesquero o con la mar, sino sobre toda la población de Barbate.
En la Lonja se oficia una misa ante la imagen de la Virgen en el paso, y posteriormente se realiza el sorteo que elegirá al barco que portará a la Virgen el año siguiente, de entre los barcos de la flota pesquera barbateña que todavía no la han llevado. Al atardecer, se celebra la procesión marítima en la que adquirirán el protagonismo las "gentes de mar", quienes en botes y barquillas acompañarán a la Virgen en su recorrido para la bendición de las aguas barbateñas con el fin de garantizar la pesca y la seguridad de los trabajadores de la mar. Durante todo el recorrido marítimo se escuchan vítores y vivas, así como se lanzan flores y girnaldas y se acompaña de un espectáculo de fuegos artificiales.
Una vez de vuelta al puerto pesquero, la Virgen es colocada de nuevo en el paso para hacer el recorrido de regreso a la Iglesia de San Paulino y como despedida hasta el año siguiente, le cantan una salve marinera.