Origins
De los comienzos del culto a Santa Lucía no se tienen datos escritos y concretos, pero, según fuentes orales, ya en la primitiva población que dio origen a la actual Villanueva del Duque, El Ayozo, podría existir una especial devoción hacia la patrona y abogada de los males de la vista.
Santa Lucía fue una de las seis tallas que se encontraron durante las obras de restauración de la Ermita de Nuestra Señora de Guía en 1955. El arraigo devocional hacia la Santa es en Villanueva del Duque de tiempo inmemorial, aunque sólo se conservan documentos a partir del año 1841, tales como el listado de los Hermanos de Santa Lucía, o el inventario de enseres y bienes que se poseen, deduciéndose una mayor antigüedad por las referencias que sobre ellos se hacen.
El municipio cuenta desde tiempos remotos con una Hermandad en honor a esta Santa de origen italiano. En 1922 se decide hacer unos estatutos, en los que quedan fijados los cargos y las normas de funcionamiento de la Hermandad.
Preparations
Cada año cuatro miembros de la Hermandad, siguiendo riguroso orden de inscripción, son designados Hermanos Mayores, cuya finalidad será la de servir a la Santa durante las fiestas de ese año, un honor que va pasando de unos a otros, pudiendo renunciar a serlo si dejar de pertenecer a la Hermandad.
Los actos previos comienzan tres días antes del trece de diciembre, cuando se inicia el Triduo en la Iglesia Parroquial de San Mateo Apóstol. Durante estos días numerosos fieles ofrecen exvotos de metal con forma de ojos a los pies de la imagen de Santa Lucía.
Explanation
El día 12 de diciembre, al primer toque para el Triduo, el hermano Alabardero, con los tambores y alabarda, se dirige al domicilio del Abanderado, recoge a éste y, junto al del Junco, acuden al domicilio del Hermano Mayor o del Bastón. Los cuatro, con sus correspondientes insignias, se dirigen a la Parroquia para dar comienzo al final del Triduo.
Terminado el Triduo los hermanos se reparten por orden de nuevo, y al cabo de media hora aproximadamente, se prenden los candelorios de aulagas en cada uno de los domicilios de los hermanos y se disparan cartuchos de pólvora y cohetes al grito de "viva Santa Lucía", que avisan al vecindario. Para la utilización de estas armas de fuego es necesario, en la actualidad, solicitar previamente autorización a la Guardia Civil.
Posteriormente el Alabardero sale a recoger a los hermanos por el orden anteriormente descrito (que se seguirá durante toda la celebración) y comienza la tradicional cata de vinos, sin insignias. Esta cata se realiza en una zona de la casa habilitada para ello (suele ser en el salón, zona central de la casa destinada a las visitas), donde también está ya preparada la mesa del convite que tendrá lugar el día trece. La preparación de ambas mesas es la única tarea en la que participan las mujeres, labor que realizan con gran orgullo, ya que suele ser costumbre la visita de los vecinos para ver las mesas ya preparadas antes de la cata de vinos. Durante ésta, donde también se convidará a unas tapas y dulces, sólo participan los hermanos y los niños que los acompañan con el tambor, mientras el resto de la familia y de los encargados de los cohetes y disparos de pólvora salen fuera de la casa para repartir a todo el que se acerque garbanzos tostados, altramuces y vino de pitarra.
El día 13 por la mañana, y a la hora convenida entre los hermanos, tiene lugar la tradicional cata del aguardiente donde se invitan a dulces y mantecados, comenzando la misma en la casa del Hermano Mayor. Terminada la cata, los hermanos vuelven a acompañarse en el orden descrito a sus domicilios.
Media hora antes de que suenen las campanas para la función religiosa (tiempo que dependerá de la distancia de los domicilios entre los hermanos), nuevamente el Alabardero, con insignias y tambores, empieza a recoger al resto de los Hermanos Mayores. Ya los cuatro se dirigen a los domicilios de las autoridades locales en el siguiente orden: primero recogen al Comandante de Puesto de la Guardia Civil, inmediatamente después se dirigen al domicilio del Juez de Paz, a la casa del Alcalde y, por último, todos juntos recogen en su domicilio al Consiliario, para dar comienzo a la procesión y función religiosa en honor de la Santa.
El desfile procesional parte de la parroquia de San Mateo Apóstol en la Plaza de la Iglesia, sigue por la calle Juan Benítez Conde, continúa por la calle Cuatro Vientos, Rogelio Fernández y la Plaza Alejandro López Andrada, Calle Berlín, Sabio Ramón y Cajal, Plaza Duque de Béjar, Calle Sol, regresando de nuevo al punto de salida.
Después de la procesión tiene lugar una misa en la que los hermanos no abandonan sus insignias y en el momento de la Consagración se rinden la bandera y el resto de insignias al compás de los disparos que realizan el resto de hermanos en la puerta principal de la parroquia.
Terminada la función religiosa, los Hermanos Mayores, junto al Consiliario y las autoridades, se dirigen a cada uno de los domicilios de los Hermanos Mayores, además de todos los hermanos de Santa Lucía para empezar los convites.
En cada uno de los domicilios se encuentra preparada la mesa para el convite, del que sólo participarán los Hermanos Mayores y las autoridades. Sólo un hombre, hermano de Santa Lucía, será el encargado de servir a los presentes, ya que la puerta se cierra y se quedan a solas. Los cuatro hermanos se ponen de acuerdo para obsequiar exactamente lo mismo en cada domicilio.
En la puerta de la casa se prepara otra mesa compuesta de los mismos alimentos que la del interior de la casa; este convite está destinado sólo para los Hermanos entrantes, es decir, los Hermanos Mayores del año próximo, que se quedan custodiando las insignias de los Hermanos Mayores de ese año. El resto de los hermanos y mujeres se quedan fuera de cada domicilio donde se reparten en cestas altramuces, garbanzos tostados y vino de pitarra en las llamadas templaderas. Durante el tiempo que duran los convites algunos hermanos hondean la Bandera de la Hermandad al sonido de salvas y cohetes.
Terminado el convite, y a indicación de los hermanos celadores, se marchan al domicilio del siguiente hermano, el del Junco, que ofrece el segundo convite, y así sucesivamente hasta el último hermano, el Alabardero. Una vez terminados los convites, las autoridades son acompañadas a sus respectivos domicilios en forma inversa a la recogida, primero al Conciliarlo, después a las autoridades y finalmente, los Hermanos Mayores.
Por la tarde, y a la hora convenida por los Hermanos Mayores, se hace entrega de los respectivos cargos e insignias a los Hermanos Entrantes, a quienes previamente han de enviar unos tostados, altramuces, una botella de vino, cuatro salvas y dos cohetes.
Transformations
Hoy en día, además de las templaderas, también se utilizan para degustar el vino de pitarra los pitorros, ya que resultan más higiénicos. La Hermandad tiene recogidas en su Reglamento interno las normas que se han de seguir en la celebración de Santa Lucía, impidiendo así la posibilidad de transformaciones.