Origins
Existen otros ejemplos de la existencia de asociaciones de cuadrillas de músicos y su vinculación a ciertas devociones marianas, así como a otras imágenes, en la comarca de la Campiña Sur cordobesa, si bien las crónicas nos relatan que en su día fueron más numerosas. En la mayoría de los casos los músicos se vinculaban a advocaciones del rosario y así podría ser que, en su origen, hubiera sido nombrada la actual Virgen de la Aurora, pero como en otras ocasiones y lugares, la denominación cambió con el tiempo.
Se tienen noticias de la fundación de la hermandad allá por 1703, vinculándose desde un primer momento a grupos de músicos o troveros. Sin embargo desde comienzos del siglo XX experimentó una constante decadencia que llevó a la hermandad a su práctica desaparición. La recuperación de la misma en 1976 y su fusión con la hermandad del co-patrón de Montilla, San Francisco Solano, ha permitido que la tradición de las coplas de la Aurora llegue a nuestros días.
Antaño existió la devoción a la Virgen de la Rosa, la cual también se celebraba con coplas y serenatas, pero debido a la proximidad de fechas entre ambas celebraciones y la dificultad creciente para activar dos rituales similares con un número suficiente de músicos, ésta fue "absorbida" por las celebraciones de la Aurora, que incorporó de forma natural las coplas a la Rosa.
Preparations
Las celebraciones de la Aurora, quizás por tener lugar a mediados de octubre, tras una larga serie de fiestas y celebraciones recientes, suelen concebirse como una fiesta de pequeño calado, es por ello que los preparativos no conllevan demasiado tiempo.
El principal de los actos previos es la novena, que comienza el viernes de la semana anterior al segundo domingo de octubre (por lo que puede caer todavía en septiembre). Durante todas las tardes, sobre las 19.30, tiene lugar la celebración de una misa con novena en la iglesia de San Francisco Solano, donde se custodia la imagen de la Aurora. La novena suele estar amenizada por alguno de los grupos que participa en el concurso de coros y serenatas que tendrá lugar al finalizar la novena.
El viernes anterior al final de la novena, por la mañana, tiene lugar una ofrenda floral de la mano de los niños y niñas de los colegios de Montilla. Cada grupo desde su centro acude a la iglesia de San Francisco Solano llevando flores y, una vez allí, hacen entrega de las mismas a la patrona, a quien cantan también algunas de las coplas más populares.
Explanation
Los actos oficiales en honor de la patrona de Montilla no comienzan hasta la misma tarde-noche del sábado, cuando, tras la novena, la imagen es situada a la entrada de la iglesia y se abren las puertas de la misma, de tal modo que la talla queda en el interior del templo, pero todos pueden contemplarla desde fuera.
Sobre las diez de la noche llega la primera agrupación musical para tocar algunas piezas en honor de la Virgen de la Aurora. Transcurridos unos veinte minutos será sustituida por otro grupo de músicos y así sucesivamente durante gran parte de la noche.
El número de agrupaciones musicales participantes es muy variable pero raro es el año que su número es inferior a la docena. Los estilos pueden ser muy variados, así como las letras que tocan, pero casi todos ellos suelen coincidir en algunas piezas populares. Conforme van terminando sus actuaciones frente a la Virgen de la Aurora, suelen distribuirse por las calles del centro de la población, para tocar rondallas. Ocasionalmente estas agrupaciones son invitadas a casas particulares o locales donde entran a interpretar algunas piezas a cambio de algo de comer y unas copas. De este modo la noche se llena de música y jolgorio en numerosas casas, calles y plazas de la población.
Los más animados continúan la fiesta hasta que llegan las primeras luces del alba, cuando vuelven a la iglesia de San Francisco Solano para cantar el rosario de la aurora, a eso de las siete y media de la mañana, al que sigue la primera misa del día.
Ya durante el domingo tiene lugar una misa solemne cerca de la una de la tarde a la que acuden las autoridades municipales y en la que tienen una última participación algunas de las agrupaciones musicales que tocaron en la víspera.
Tras la misa el resto de la tarde transcurre en calma; son muchos los que se acercan al mercado de la Rosa, donde desde hace varios años se organiza un mercado de castañas y nueces, así como de otros productos propios del otoño. Otros, por su parte, acuden a bares y restaurantes para comer en familia o con los amigos.
El acto final de las celebraciones en honor a la patrona de Montilla es la procesión que tiene lugar ese mismo domingo a partir de las ocho de la tarde. Una vez más la imagen es acompañada por las autoridades municipales, así como por representantes de otras cofradías de la población. El cortejo recorre algunas de las calles del centro de la población arropada por los fieles. No suele ser extraño que en algunos puntos se congreguen miembros de las agrupaciones musicales para cantar alguna copla a la imagen, ni que los propios participantes de la procesión entonen alguna de las letras más populares durante el recorrido.
Transformations
Es necesario señalar que las coplas de la Aurora han sufrido numerosas transformaciones en el último medio siglo. Hasta finales de los años cincuenta del siglo XX existían dos celebraciones independientes en las que se cantaban coplas, la Aurora y la Rosa, pero ya a principios de la siguiente década el número de participantes comenzó a decaer significativamente hasta su total desaparición. Fue en 1970 cuando se recuperan las coplas de la Aurora gracias a un concurso de serenatas, incluyendo también las coplas a la Rosa. Las celebraciones resultantes aunaban pues coplas devocionales a ambas advocaciones junto con serenatas de corte amoroso o burlesco, que se cantaban ya fuera del recinto de la iglesia.
En un primer momento el concurso tenía lugar en el interior de la iglesia de San Francisco Solano pero, a mediados de los ochenta del siglo XX, debido al creciente número de asistentes y la dificultad de controlarlos durante las largas noches, se decidió sacar la imagen de la Aurora a la entrada, lo que contribuyó a una mayor interacción de grupos de jóvenes. Estos se acercaban acompañando a sus amigos a cantar serenatas y después continuaban su ronda por las calles de Montilla. De este modo, a los pocos años, las celebraciones de la Aurora habían recuperado su sabor tradicional.
Desde mediados de los años noventa del siglo XX comenzó a celebrarse un mercado de castañas asadas y nueces en la plaza de la Rosa, lo cual ha venido a animar las celebraciones durante el sábado, pero particularmente durante el domingo, día que muchos aprovechan para comer en familia o con los amigos en la calle.