Para la realización del plantillado la costurera conserva y usa patrones originales de un gran valor debido a su antigüedad. Para su elaboración utiliza un calco con el que se delimita el dibujo de la plantilla en la tela que se va a bordar. Los motivos decorativos que tradicionalmente se emplean en este tipo de tejidos son las flores.
Para comenzar a bordar en la tela la artesana ha de montar el bastidor para sujetar la tela. Antaño el bastidor era mucho más grande que el actual, ya que normalmente se bordaban colchas y, claro está, por su tamaño era más práctico y rápido utilizar un bastidor de mayor envergadura.
Antes de comenzar la labor, la costurera ha de enhebrar la aguja. Para ello ha de colocar en el interior de ésta un fino alambre que sirva de enganche a la lana, que se dispone en un extremo. Al tirar del extremo contrario la lana pasa por el interior de la aguja hueca.
La forma de trabajar se resume en varios puntos: se debe de trabajar al revés, es decir por el reverso de la tela; el largo del tejido establece la distancia que se va dejando; y por último, para asegurar el punto simplemente se corta el hilo.