Junta de Andalucía

El sonido de la flauta y del tambor suele formar parte de la mayoría de los tiempos y espacios rituales de la sierra, tanto en los preparativos como en el desarrollo y el final de la fiesta. La presencia del tamborilero es uno de los elementos más significativos de los rituales de la comarca. Según plantean algunos autores, la historia y la permanencia de la tradición del tamborilero están estrechamente ligadas a culturas de tipo pastoril. Actualmente, la provincia de Huelva parece ser una de las provincias donde la presencia del tamborilero en los espacios rituales sigue siendo más significativa, mientras que en otras regiones españolas y europeas ha desaparecido. En la sierra de Huelva la música de la flauta, también conocida como gaita y del tambor, o tamboril, goza aún hoy en día de un amplio reconocimiento y constituye uno de los rasgos distintivos de muchas de sus fiestas. Si bien varias personas (principalmente hombres) tocan la flauta y el tambor, existen dos tamborileros en la comarca que participan en las distintas fiestas y que son reconocidos oficialmente como tamborileros. Normalmente, en cada fiesta, el tamborilero abre el camino de la procesión o de la romería y su música anuncia la llegada de la misma. En algunos pueblos, el tamborilero toca la diana matutina que anuncia a los vecinos la llegada del gran día. Según el tipo de fiesta y de acto en el que participa, el tamborilero tocará pasos de carreta, un fandango, una copla, unas marchas de procesiones u otro ritmo.

El tamborilero suele llevar un traje rociero (también conocido como de corto), compuesto por pantalones grises, chaqueta, camisa y sombrero de ala ancha. Muchas veces, en verano, debido al calor, el tamborilero no viste el traje típico.

La flauta es de tres agujeros, construida con madera de fresno, por el propio tamborilero. La boquilla puede ser de madera o de cuerno de vaca y es adornada con distintos dibujos. El tambor es un tambor rociero, comprado. El agente entrevistado toca la flauta con la mano derecha y el tambor con la mano izquierda, aunque cada tamborilero elige tocar como quiera.